Comisión de reembolso
Según el Banco de España, las comisiones “son las cantidades que los bancos adeudan como contraprestación a los servicios que prestan (por ejemplo, enviar una transferencia, cambiar divisas, administrar una cuenta, estudiar la viabilidad de un préstamo, concederte una tarjeta de crédito, etc.)”.
Los bancos se reservan la potestad para repercutir el coste de aquellos gastos justificados que deban ser afrontados por terceras personas para poder prestar el servicio que se les ha solicitado. Las comisiones pueden cobrarse de forma unificada, con un solo cargo genérico (ejemplo de ellos son las llamadas tarifas planas) o de forma separada, es decir, un cargo personalizado por cada servicio prestado.
Para poder realizar una comprensión óptima relativa a todas las circunstancias que rodean a las comisiones, se debe tener en cuenta lo siguiente:
Las tarifas o precios de las comisiones bancarias se establecen de forma totalmente libre. Hasta el punto en que el Banco de España no autoriza ni consiente, no puede denegar, ni limitar dicho importe de comisiones bancarias. Se permite a las entidades bancarias a establecer el importe o precio que estimen oportuno, salvo en aquellas operaciones bancarias en las que los importes estén limitados por norma, como es el caso de la cancelación o amortización anticipada de un préstamo hipotecario o de un crédito al consumo.
Las comisiones bancarias deben corresponderse con los servicios efectivamente prestados o gastos habidos por parte de la entidad bancaria. No se pueden imputar por servicios no solicitados y/o aceptados. En todo caso, deberá informarte personalmente y por anticipado del importe que vas a pagar por ese servicio o incluirse en los términos y condiciones iniciales pactadas y firmadas.
Tras esclarecer el significado de las comisiones y su naturaleza, pasamos a entrar a valorar una de las comisiones más conocidas, la comisión de reembolso.
La comisión de reembolso es una comisión que se cobra a la persona inversora cuando vende acciones de un fondo. Esta comisión, también conocida como comisión de cancelación, comisión de mercado o comisión de comercialización a corto plazo, es cobrada por la sociedad del fondo y luego devuelta al fondo. Normalmente, sólo se aplica cuando las acciones se venden dentro de un plazo determinado.
A modo de conclusión, la comisión de reembolso responde a las siguientes características:
– Coste soportado por las personas inversoras al vender ciertas acciones antes de que transcurra un periodo de tiempo determinado.
– Tras cobrar la comisión de reembolso y ésta haya vuelto al fondo de inversión, se invertirá en la cartera del fondo.
– Las personas accionistas pagarán una comisión de reembolso en función de su cantidad de acciones.
– Las comisiones de reembolso, normalmente, se imponen como penalización para contribuir a desalentar las operaciones a corto plazo.
A continuación, se muestran las principales comisiones, adicionales a las de reembolso, correspondientes a los fondos de inversión.
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Comisiones de gestión y depósito: son las que cobran la gestora y el depositario, respectivamente. Estas comisiones son implícitas, es decir, ya están deducidas del valor liquidativo del fondo, puesto que se cargan directamente al fondo de inversión.
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Comisiones de suscripción y reembolso: pueden ser a favor de la gestora o del propio fondo (en este caso se denomina descuento a favor del fondo). Son explícitas, es decir, se cargan al partícipe en el momento en que se realiza la suscripción o el reembolso, como un porcentaje del importe suscrito o reembolsado y deduciéndose de este.
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Es posible que se cobren comisiones por cambiar la inversión de un compartimento a otro, dentro del mismo fondo.