Ingresos

En el presupuesto individual y en cuanto a negocio de cualquier empresa, consiste en aquel plan financiero donde se determinan que parte de los ingresos que reciben la empresa se destina a cubrir los gastos, a cubrir deudas y al propio ahorro.

Respecto a los ingresos, podemos referirnos a ellos como toda ganancia que se recibe como consecuencia de la venta de un bien o servicio y que generalmente se cubre gracias al cobro monetario.

En este caso, el Plan General Contable español, lo define como aquellos “incrementos en el patrimonio neto de la empresa durante el ejercicio, ya sea en forma de entradas o aumentos en el valor de los activos, o de disminución de los pasivos, siempre que no tengan su origen en aportaciones, monetarias o no, a los socios o propietarios, en su condición de tales”.

Si nos centramos en los tipos de ingresos existentes, según establece el Instituto de Estudios Financieros, podemos encontrar los siguientes ingresos:

• Ingresos fijos. Este tipo de ingresos hace referencia a aquellos ingresos que tienen un carácter periódico o regular, que englobarían aquellos como los sueldos, las pensiones o los ingresos derivados del alquiler.
• Ingresos variables. Son aquellos ingresos que se repiten, pero cuya cuantía es diferente en cada periodo. Por lo tanto, esta variación provoca que tenga una mayor dificultad para controlarlos y estimarlos.

Respecto a las tipologías de ingresos, también podemos encontrar:

• Ingresos brutos e ingresos netos. Este tipo de ingresos se refieren a cuando se reflejan sin considerar ninguna deducción, pasando a ser ingresos netos cuando se reflejan después de impuestos.
• Ingresos reales. Este tipo de ingresos se tienen en consideración, cuando se tienen en cuenta factores económicos como la inflación, donde esos ingresos tendrían valor ante un crecimiento del concepto.
• Ingresos públicos. Estos ingresos son aquellos que se relacionan con los ingresos del Estado. Como consecuencia del cobro de impuestos, la emisión de bonos, etc.

En este sentido, es común pensar que los individuos que posean un mayor volumen de ingresos a menudo tienen una mayor salud financiera. Si analizamos los diferentes conceptos, se debe de tener presente que los ingresos que pueda tener un individuo repercutirán directamente en la salud financiera. Sin embargo, este factor no es el único, puesto que, para considerar la salud financiera, los gastos jugarán un papel fundamental.

En este caso, surge una contraposición, respecto a tener un buen nivel de ingresos y no tener posesión de unas finanzas saludables. Es por eso que uno de los aspectos esenciales para mantener un constante flujo de efectivo es conseguir que esa fluidez se lleve a cabo a través de la economía formal y lograr tener un control efectivo del mismo.

Además, debemos tener en cuenta que en la actualidad existen mecanismos de ámbito tecnológico que permiten cuidar de la salud financiera. Diferentes entidades ponen a disposición de sus clientes herramientas de este tipo para controlar los flujos de dinero. A través de estas herramientas, los individuos tienen la capacidad de controlar y categorizar los diferentes ingresos y gastos utilizados en sus cuentas.

Unido a esto, las soluciones tecnológicas y las propiedades de cada individuo, respecto al consentimiento de los clientes, y ofrecerles la información necesaria para su correcta gestión, hace eficaz la información disponible.

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